Casi el 50 por ciento de los jóvenes españoles se encuentran en el paro, obligados a vivir en la incertidumbre y la angustia, sin horizonte, sin esperanza y sin posibilidad real alguna de vivir una vida autónoma y digna, sin poder crear su propia familia. La mayoría de ellos no hacen nada, salvo odiar al poder político inepto que les ha llevado al paro y vegetar desmoralizados, mientras disparan por Internet copias inútiles del curriculum. Pero otros pugnan por estudiar y por abrirse camino.
La realidad está demostrando a los jóvenes desesperados que existen sectores blindados ante la crisis, como el de los funcionarios y los políticos, que ahora viven mejor que nunca.
El número de los jóvenes que quieren incorporarse al Estado está aumentando de manera alarmante. Ya casi nadie quiere ser empresario porque la realidad demuestra que las empresas quiebran y que es mejor vivir del poder. Es la muerte de la cultura emprendedora y del tejido empresarial, pero el inicio de la "Edad de Oro" de la política y de los partidos en España.
En las presentes circunstancias, crear una escuela que imparta cursos acelerados para ser político es un negocio que tiene garantizado el éxito y la rentabilidad.
Ni siquiera hay problema para encontrar profesores, pues muchos de los políticos actuales tienen todo el tiempo libre del mundo para convertirse en buenos profesores por las tardes y preparar a nuevas oleadas de militantes que nutran a los partidos políticos. No suelen despreciar un sobresueldo.
La ideología tampoco será un problema porque lo importante es aprender los métodos y los trucos que sirven para escalar puestos en los partidos y llegar pronto a un cargo local o comarcal que permita empezar a cobrar del presupuesto.
La escuela deberá enseñar a reprimir la rebeldía, a someterse al lider, a convivir con la corrupción, a ser leal al partido por encima de cualquier otro valor, a renunciar al debate, a decir "Sí" de manera convincente, a defender siempre las tesis oficiales, a doblar sin traumas el espinazo, a pegar carteles a alta velocidad y a dominar el arte del peloteo y la lisonja, sin que resulte burdo, a mentir, a hablar en público, a llorar en los funerales, a utilizar palabras mágicas como "progreso", "democracia", "derechos", "innovación", "libertad" y "estamos trabajando", entre otras.
Recibirán clases especiales para comportarse y saber sonreir ante las cámaras, manipular a la audiencia y comprar a periodistas.
El "núcleo" del programa y la asignatura más difícil será la enseñanza de la mentira y el engaño, imprescindibles para poder integrarse con "exito" en "la casta".
El nombre de la institución de enseñanza para políticos deberá ser atractivo y barroco, algo así como "Escuela de altos estudios políticos" y, como subtitulo, "Aula de la democracia y la libertad".
Se les puede garantizar a los alumnos prácticas en el PP y en el PSOE y una colocación casi instantánea, gracias a su preparación competitiva para dominar las agrupaciones y empezar ganando votaciones.
En fin, un negocio próspero y muy apetitoso para tiempos de crisis.
La realidad está demostrando a los jóvenes desesperados que existen sectores blindados ante la crisis, como el de los funcionarios y los políticos, que ahora viven mejor que nunca.
El número de los jóvenes que quieren incorporarse al Estado está aumentando de manera alarmante. Ya casi nadie quiere ser empresario porque la realidad demuestra que las empresas quiebran y que es mejor vivir del poder. Es la muerte de la cultura emprendedora y del tejido empresarial, pero el inicio de la "Edad de Oro" de la política y de los partidos en España.
En las presentes circunstancias, crear una escuela que imparta cursos acelerados para ser político es un negocio que tiene garantizado el éxito y la rentabilidad.
Ni siquiera hay problema para encontrar profesores, pues muchos de los políticos actuales tienen todo el tiempo libre del mundo para convertirse en buenos profesores por las tardes y preparar a nuevas oleadas de militantes que nutran a los partidos políticos. No suelen despreciar un sobresueldo.
La ideología tampoco será un problema porque lo importante es aprender los métodos y los trucos que sirven para escalar puestos en los partidos y llegar pronto a un cargo local o comarcal que permita empezar a cobrar del presupuesto.
La escuela deberá enseñar a reprimir la rebeldía, a someterse al lider, a convivir con la corrupción, a ser leal al partido por encima de cualquier otro valor, a renunciar al debate, a decir "Sí" de manera convincente, a defender siempre las tesis oficiales, a doblar sin traumas el espinazo, a pegar carteles a alta velocidad y a dominar el arte del peloteo y la lisonja, sin que resulte burdo, a mentir, a hablar en público, a llorar en los funerales, a utilizar palabras mágicas como "progreso", "democracia", "derechos", "innovación", "libertad" y "estamos trabajando", entre otras.
Recibirán clases especiales para comportarse y saber sonreir ante las cámaras, manipular a la audiencia y comprar a periodistas.
El "núcleo" del programa y la asignatura más difícil será la enseñanza de la mentira y el engaño, imprescindibles para poder integrarse con "exito" en "la casta".
El nombre de la institución de enseñanza para políticos deberá ser atractivo y barroco, algo así como "Escuela de altos estudios políticos" y, como subtitulo, "Aula de la democracia y la libertad".
Se les puede garantizar a los alumnos prácticas en el PP y en el PSOE y una colocación casi instantánea, gracias a su preparación competitiva para dominar las agrupaciones y empezar ganando votaciones.
En fin, un negocio próspero y muy apetitoso para tiempos de crisis.
Fuente: Votoenblanco.com.